En una cárcel de Río Cuarto, Córdoba, dos presidiarias se besaron en la boca y el guardia que las vió se escandalizó y las denunció porque "no guardaban el debido respeto" ¡pero por favoooor!. A lo que las pobres mujeres las intentaron sancionar. Pero el Tribunal Oral Federal Nº1 decidió dejar las cosas como estaban gracias al artículo 19 de la Constitución Nacional que dice: "las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe".
Lo más lindo que el hecho ocurrió dentro de una celda, el único lugar "privado" que tienen.
Ahora, con todo esto me acorde del capítulo de Mujeres Asesinas con Nancy Duplaá haciendo de torta jodida y encima, violenta.
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