Haciéndo política...

Un contacto de chat, sólo uno, me hizo disparar toda la amargura del día. No creo oportuno agradecerle pues hace horas ya pasó a mi lista de no admitidos... mi tolerancia y yo.
Todo comenzó de una manera simple; este imberbe de tan sólo 16 años, ignorante sin fronteras, decidió iniciarme una conversación. Un malentendido le llevó a creer que era mexicana y se ofreció para contarme la historia de las Islas Malvinas; sorprendida, accedí a recordarle mi nombre y mi nacionalidad, argentina por cierto. Repitió su oferta y yo mi respuesta, agregando un “conozco ya la historia”. Dijo él que también, entonces me propuso un debate… iniciado el mismo, explicando en parte su avatar (foto del MSN: mezcla de la bandera argentina y la inglesa), comentó que su postura era neutral, que así debía ser. Mis críticas, infaltables, tomaron lugar.
El muchachito, un ser ahora repugnante, qué duda cabe, en síntesis no recordó el número de muertos (que, infórmense, habían sido obligados a combatir y les mintieron, y no vendieron sus almas por propia decisión), se cagó en el país, en los caídos, en sus familiares, en la democracia misma… poco queda para decir, claro está. Porque acá no había una cuestión de posturas de “las islas son nuestras” o “pasó lo peor”; no. El señorito careció de huevos y sentido común en el momento de tomar postura porque no para todo podés ser neutral.
Es que no te puede dar lo mismo que los milicos hayan matado a miles de jóvenes; sólo le faltaba decir algo habrán hecho para llevarse el Guiness al "más poca gente”, ¿no les parece?