Ray Gosling, de 70 años, un conocido locutor de radio y televisión, ha admitido al aire que asfixió a su pareja con una almohada en el hospital para cumplir el pacto al que ambos habían llegado en caso de que el sufrimiento del paciente alcanzara cotas muy severas.
"Teníamos este acuerdo. Si se ponía así, acabaría con su vida. Y eso es lo que hice", explicó Gosling a la propia BBC. "Los médicos dijeron que no había nada que pudiéramos hacer y él estaba inmerso en un dolor terrible. Agarré la almohada y lo asfixié hasta que murió".
Gosling justificó su acción al señalar que "cuando se quiere a alguien, es duro verlo sufrir" y admitió que tenía sentimientos "contradictorios" sobre la eutanasia. "Ahora es el momento de compartir un secreto que he guardado durante mucho tiempo", dijo el periodista. Cuando le preguntaron sobre cualquier posible sentimiento de culpabilidad, respondió que no tenía "absolutamente ningún pesar" sobre lo ocurrido.
Gosling también es un activista de los derechos gay en Gran Bretaña, y con esta confesión reabre la discusión sobre la eutanasia.
La Policía ha confirmado que no habían investigado este caso hasta escuchar las declaraciones emitidas de Gosling. "Ahora estamos en conversaciones con la BBC e investigaremos el asunto", han comunicado los agentes de Nottinghamshire mediante un comunicado.
A pesar de los repetidos desafíos legales en los tribunales, el suicidio asistido se mantiene como ilegal en el Reino Unido y acarrea penas de cárcel de hasta 14 años. Por eso, docenas de enfermos terminales británicos se han trasladado para morir a una clínica de Suiza, donde el suicidio asistido es posible y los familiares y amigos que contribuyen a ello no son perseguidos por la Justicia.
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