5 nov 2008

Información sobre el peeling

El término peeling se utiliza para designar un procedimiento que puede ser mecánico, químico o cosmético y que persigue eliminar mediante abrasión las células superficiales y envejecidas de la epidermis para sustituirlas por células nuevas que nos proporcionen un aspecto más joven.
En el caso de la dermoabrasión mecánica ésta se realiza con anestesia local o general -dependiendo de la extensión de la zona que se quiera tratar- mediante un motor de rotación con cabezales de diamante que lijan la superficie de la piel. Se recomienda en problemas muy agudos y cuando existen cicatrices de acné profundas aunque, paulatinamente, ha ido perdiendo vigencia a favor del láser.
La dermoabrasión química, por su parte, utiliza determinadas sustancias como el ácido glicólico, el ácido láctico o el ácido tricloroacético -entre otros- para provocar abrasiones controladas y la posterior renovación epidérmica. Por último, el peeling cosmético -el más suave, pero también el de efectos menos visibles- aplica determinados productos y cremas dermoabrasivas y se utiliza como complemento de la dermoabrasión química o mediante láser.

EL RESURFACING O PEELING CON LASÉR

La experiencia ha demostrado que algunos tipos de láser -como el de CO2 o el láser de Erbio YAG- pueden lograr los mismos cambios microscópicos que el peeling químico. El peeling mediante láser o resurfacing se indica especialmente para reducir o eliminar las arrugas finas en rostro y párpados así como para aclarar las manchas. El paciente requiere preparar su piel previamente con tratamientos que pueden durar entre 15 y 45 días, y pasar por un periodo posterior a la intervención de un mes en el que deberá seguir cuidados especiales. Aunque con el perfeccionamiento de la tecnología cada vez son más los tipos de piel que pueden someterse a estos tratamientos se aconseja especial prudencia a las personas con piel oscura ya que presentan mayor riesgo de sufrir hiperpigmentaciones posteriores. Los estudios clínicos han demostrado que la aplicación de productos químicos dermoabrasivos y del peeling mediante láser provocan una eliminación o exfoliación de las células superficiales envejecidas estimulando la producción de otras más jóvenes; aumentan, asimismo, la producción de colágeno y elastina en las capas profundas de la piel, aclaran las zonas hiperpigmentadas (manchas) y modulan la melatonina, además de regular la secreción de las glándulas sebáceas y reducir las estrías y las secuelas del acné. La indicación del tipo de tratamiento a seguir debe dejarse, en todo caso, en manos de profesionales ya que aunque se trata de técnicas realizadas de forma ambulatoria y bajo anestesia local, en una o varias sesiones según los casos -y dejando pasar al menos seis meses entre ellas- la recuperación completa dura varias semanas y debe evitarse la exposición al sol durante unos meses para no correr el riesgo de que aparezcan manchas. Sólo el experto podrá informarnos de las características precisas de nuestra piel y la posible presencia en ella de irregularidades o factores que desaconsejen la intervención. Y sólo él podrá vigilar adecuadamente el proceso y detectar cualquier posible infección, eritemas o erupciones ocasionales tras la intervención. Si estos nos dan luz verde, los usuarios del método califican su eficacia de espectacular. Con un mínimo de dolor y las secuelas de una leve inflamación que desaparece con rapidez la nueva piel surge plena de vigor, más suave, fresca y casi completamente libre de las arrugas que antes nos avejentaban.

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