Y un gran porcentaje de riesgo se los llevan los adolescentes y sus millares de registraciones en diferentes sites como durante sus chats y perfiles en Internet
- Si tiene instalado el servicio de GPS para ubicar personas, no admita extraños en su lista. El programa Google Latitude (www.google.com/latitude), lanzado recientemente, es un sistema de geolocalización que, por medio de un celular con GPS o Wi-Fi, reporta a todos los contactos autorizados la ubicación del poseedor del equipo. Esta información posicional es útil pero también puede ser aprovechada para efectuar robos o planear secuestros.
- No intente tener un millón de amigos en Facebook. Ser popular en las redes sociales (Facebook, Hi5, MySpace) más que un motivo de orgullo debería ser una preocupación. Muchos delincuentes se valen de estos sitios para obtener datos. Los expertos recomiendan no colocar teléfonos, domicilios, lugar de trabajo y otras rutinas; tampoco exhibir las fotos del auto nuevo o avisar: "este fin de semana me voy a la Costa". Para evitar disgustos, mantener los perfiles privados, para que la información no pueda ser revisada por desconocidos. Y si el encuentro pasa de lo virtual a lo real, pensar en los riesgos que eso conlleva.
- Al abrir el e-mail, no haga clic en los que llegan desde bancos. En ocasiones se reciben mensajes que aparentan ser de una entidad bancaria y con la excusa de actualizar la base de datos, solicitan claves personales o números de tarjetas. Hay que tener en claro que esas entidades nunca contactan a sus clientes por este medio.
- Para hacer operaciones bancarias online, no vaya un ciber. Cristian Borghello, de la consultora ESET, recomienda "no utilizar equipos que comparten muchas personas. Puede ocurrir que un hacker haya colocado un programa que registre todas las claves ingresadas". De todos modos, para evitar sustos, en los bancos virtuales es más seguro manipular el teclado virtual para el número de documento y la clave. Y nunca está de más borrar el historial de navegación al terminar.
- Desconfiar de las redes públicas de Wi-Fi. El hecho de que haya varias máquinas conectadas a una misma red, es una ventana abierta para que cualquiera se filtre y robe datos.
- Jamás deje habilitado el bluetooth en el teléfono celular. Los celulares son cada vez más inteligentes, concentran información personal y, por eso, son el blanco de los "forajidos cibernéticos". Una de las vías más simples de acceso es a través del bluetooth. Así, mientras el aparato descansa en el bolsillo, alguien puede estar leyendo los mensajes, su agenda de contactos y bloquear el equipo para luego pedir un rescate para activarlo. Otra precaución: no identifique a sus contactos con apodos (mamá, papá, el tano); en caso de pérdida o robo, se podrían usar para simular un secuestro o un accidente.
- Evite guardar las claves en un documento de la computadora. De ese modo, son fáciles de ubicar por los delincuentes. Tampoco es de gran ayuda ponerle una clave de protección al archivo. El mejor sitio para guardarlas es su cabeza.
- Pídales a los chicos que no den información de la familia en el chat. En el mensajero instantáneo puede haber alguien que se hace pasar por un conocido y, entre un chiste y otro, realiza averiguaciones sobre el movimiento de la casa. Para estar tranquilo, instale un programa de control parental.
- Si tiene que comprar online, asegúrese de ingresar en sitios que inspiren confianza. Siempre es mejor pasar la tarjeta en tiendas que tengan el respaldo de una empresa real o estén hace años en actividad. No dé a conocer más información de la necesaria para una operación. Verifique que exista algún teléfono al cual llamar para quejas o reclamos. Jamás confíe en páginas que, a través del spam, realizan ofertas increíbles.
- Si recibe un spam en el correo, no lo responda. Ya sea para quejarse o pedirle que deje de llenar la casilla con correo basura, nunca responda a un spam. Como indica Erroz, "al hacerlo, se está confirmando que la cuenta está en actividad". Además, nunca envíe información personal (documentos, claves, cifras) por e-mail, a menos que se haya utilizado un programa de encriptación para los datos.
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