María Magdalena que si que no

¡Ya basta con ese tema de María Magdalena en el Código Da Vinci! y la siguen postpelicula, postlibro... ya estoy harta, además hay temas mucho más importantes y menos triviales.
Masacran gente a lo largo de todo el mundo pero nadie escandaliza por eso, no hacen "bulla" pero si hablamos de Dan Brown... ¡por favor! Fijénsen EEUU-Irak, EEUU-Corea del Norte, Israel-Palestina, Israel-Líbano.
Si la religión católica es discutible, si, lo ha sido siempre. En mi caso me toco crecer en un jardín de infantes de monjas y un secundario de curas, con una madre que era catequista y siempre le vi "el pero" a la religión.
Si los curas se casaran y tuvieran hijos, sus hijos heredarían las propiedades, en vez del Vaticano, por tanto, los bienes de la Iglesia se irían disipando y eso no es lo que quieren. De hecho, San Francisco de Asís creía que como Cristo no tenía propiedades, la Iglesia tampoco debía tenerlos, por tanto su propiedad solo era lo que llevaban puesto consigo. Así la Iglesia misma lo persiguió, trató de impedir la formación de los franciscanos, hizo que su amigo y confesor lo traicionara, etc. El otro día mi madre fue a misa y me contó que en la Iglesia pidieron un diezmo para ayudar al Vaticano, a lo que yo le respondí "¿Al Papa no le alcanza con todo el oro del Vaticano? ¿Qué? ¿Se esta muriendo de hambre?" y ella me dijo que el cura niega que haya oro en el Vaticano, a lo que contesté "En Luján (una basílica y obispado de Argentina) hay oro y joyas, en el Colón (el teatro las paredes estan forradas con oro ¿Cómo no va haber oro en el Vaticano? ¿Y el oro que le robaron a los indios en América y esta allá?" y se rió.
Para concluir, toda la palabraría del Vaticano se dice por conveniencia de la institución, pero no creo que un Dios tan poderoso como lo pintan ellos viva entre cuatro paredes y, menos aún entre las cuatro paredes de oro, mármol y piedras preciosas del Vaticano... a lo sumo estará en algún corazón de un africano hambriento o en la sonrisa de un niño palestino que no tiene una pierna, gente a la que el Papa nunca mira a los ojos.